Estos nuevos spray trabajan con partículas significativamente menores lo que permite actuar a nivel más profundo de la piel, obteniendo mejores resultados y más duraderos para el cuidado de la piel.
El “pulverizar y listo” de las ya famosas brumas o aguas faciales se ha convertido en un gesto tan automático para muchas como pasarse el bálsamo labial. Las razones son varias: estos productos tienen un reconocido efecto flash, refrescan, hidratan y revitalizan la piel del rostro en cuestión de segundos; permiten fijar el maquillaje, optimizar la eficacia del tratamiento de belleza posterior, activar la microcirculación y compensar la pérdida de sales minerales tras el ejercicio. Pero la industria cosmética nunca duerme y ha querido ir un paso más allá con los nuevos sprays formulados mediante nanotecnología y micro-dispersión, capaces de distribuir los activos de forma atomizada y de que penetren en mayor profundidad. Refrescar está bien; tratar (además) está mejor.
Fuente: El País